Todos los niños se desempeñan de mejor manera si tienen una rutina nocturna habitual. Privarse del sueño con regularidad conlleva a problemas difíciles de comportamiento y a problemas de salud como irritabilidad, dificultad para concentrarse, hipertensión, obesidad, dolores de cabeza y depresión. Los niños que duermen bien tienen sistemas inmunitarios más sanos y un mejor rendimiento académico, comportamiento, memoria y salud mental, impactando directamente en su desempeño en las diferentes actividades que realizan durante el día.

Durante el sueño existen diferentes etapas:

La primera etapa del NREM se da a partir del momento en que nos dormimos. El cerebro empieza a prepararse para el sueño profundo; los músculos se relajan y la respiración se vuelve lenta y constante; es un sueño muy ligero. En esta etapa, es posible que se experimenten las llamadas “sacudidas hípnicas”, que corresponden a una extraña sensación que hace que sintamos como si nos estuviésemos cayendo o como si acabáramos de tropezar con algo.

La segunda etapa NREM implica un sueño más profundo que la etapa 1. Aquí, el cuerpo funciona aún más lentamente y las ondas cerebrales se vuelven más lentas a medida que el organismo se prepara para la siguiente etapa del sueño.

La tercera etapa NREM, también conocida como sueño de onda lenta, es la última etapa del sueño, en la cual el cuerpo está en un sueño profundo. Aquí es donde el sueño es de calidad, reparador y refrescante.

El sueño REM es el segundo tipo de sueño y ocurre poco después de un ciclo completo de sueño NREM. Esta es la etapa donde se dan la mayoría de los sueños.

Desde los 2 años de edad en adelante, se pasa cerca del 25 % del sueño en REM. En cambio, los recién nacidos pasan cerca de la mitad de su tiempo durmiendo en REM.

Consejos para realizar una rutina facilitadora del sueño:

  • Dormir suficiente debe ser una prioridad para la familia.
  • Mantenga una rutina diaria. La misma hora para despertarse, para las comidas, para la siesta y para jugar le ayudará a su niño a sentirse seguro y confortable, y le facilitará la hora de dormir. Para los niños pequeños, empiece pronto con una rutina nocturna como cepillarse, leer un libro y luego a la cama.
  • Sea activo durante el día.
  • Supervise el tiempo que pasan frente a una pantalla. Se recomienda no tener televisores, computadoras, teléfonos y tabletas en la habitación de los niños, especialmente en la noche. Para prevenir interrupciones del sueño, apague todas las pantallas por lo menos 60 minutos/1 hora antes de dormir.
  • Establezca un entorno seguro para el sueño y siga estas recomendaciones. Baje la intensidad de las luces antes de ir a dormir y controle la temperatura en el hogar. No llene la cama con juguetes.
  • No coloque a su bebé a dormir con un biberón con jugo, leche o fórmula. El agua es una buena opción.
  • Evite programar demasiadas actividades. Además de las tareas, muchos niños hoy en día tienen programadas actividades para después del colegio. Tome el tiempo para relajarse y dé a sus niños el tiempo que necesitan para que también lo hagan.
  • Aprenda a identificar los problemas del sueño. Los problemas más comunes del sueño en los niños son: dificultad para conciliar el sueño, despertarse durante la noche, roncar, resistirse a ir a dormir, el síndrome de apnea del sueño y la respiración ruidosa y pesada mientras duermen.