La pandemia causada por el Covid-19 ha afectado no solo la salud de las personas, sino que a una gran cantidad de aspectos de la sociedad. Dentro de las situaciones más graves y significativas está la que viven niños y jóvenes, quienes sufrieron el cierre de sus escuelas y jardines y cuya educación debió ser reemplazada de emergencia por clases a distancia y el encierro asociado a las cuarentenas que se debieron implementar en el país para disminuir la propagación del virus. Lamentablemente los efectos de estas acciones han sido muy dañinas para el desarrollo, aprendizaje y salud mental de los menores, y según estudios de Educación 2020 e IPSOS, hay altos porcentajes de estudiantes que reportan emociones asociadas a una sintomatología depresiva, aumento de emociones negativas y, para alumnos más pequeños, apoderados observan retrocesos en el desarrollo personal.

En este escenario, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco) elaboró un manual para la remediación de aprendizajes, en el que analizan propuestas teóricas y casos de países que han sufrido grandes catástrofes educacionales, ya sea por la pandemia u otras situaciones anteriores, como terremotos, tsunamis, guerras, huracanes, o el virus Ébola. Este documento indica que, para elaborar una respuesta ante dicha situación, se deben considerar tres aspectos esenciales para trabajar, siempre monitoreando y flexibilizando el plan con el avance del tiempo.

En primer lugar, se debe realizar un diagnóstico claro de la situación país, entendiendo su contexto. Para ello, es necesario determinar el nivel de pérdidas de aprendizaje y el daño socioemocional producto del Covid-19, estimando si éste es alto o bajo, a través de diversas evaluaciones. Al mismo tiempo, se debe tomar en consideración si estas pérdidas se distribuyen heterogéneamente entre los estudiantes y observar el origen de la desigualdad en su distribución, ya sea económico, geográfico, racial, u otro. Considerando ambas dimensiones y el contexto nacional, se puede determinar el arquetipo de la situación escolar, definir una visión y plantear objetivos acordes a esta.

Luego de la pandemia, uno de los desafíos más importantes para nuestro país será la recuperación de la experiencia escolar. A pesar de los múltiples esfuerzos de la comunidad educativa, existen estimaciones de efectos negativos en retención escolar, aprendizaje, socialización, estado físico y salud mental, entre otros, por lo que ante este escenario, las tutorías escolares son una de las áreas con más potencial para aportar en este sentido, si se aplicada de buena manera.

En consecuencia, el desafío será enorme en cuanto a la recuperación de la experiencia escolar que enfrenta nuestro país, pero es importante enfrentarlo desde las escuelas y recurrir a soluciones con apoyo de evidencia rigurosa. Las nuevas evidencias generadas en la pandemia sobre el uso de tecnologías digitales en educación, pueden ayudar en el diseño de estrategias potentes y adecuadas a la realidad de Chile para enfrentar este gran desafío.

Bibliografía
• La Tercera (Prensa)
• Encuesta de Educación 2020 e IPSOS
• Acción Educar
• Unesco