Hoy en día el regreso a las clases presenciales ha implicado un arduo debate en relación a qué es lo más adecuado para los niños, niñas y adolescentes, ya que si bien, por un lado, ha sido una medida que ha logrado contener y evitar el aumento de contagio y de preocupaciones y ansiedades asociadas a ello, por otro lado, se sigue destacando el rol protector que tiene el colegio en el desarrollo y resguardo de los niños, comprendiendo que el colegio es más que una infraestructura en la cual se dictan clases sino que también es un lugar de encuentro que permite el desarrollo de habilidades sociales físicas y emocionales así como pesquisar situaciones de abuso o violencia que puedan estar viviendo niños y niñas bajo la sombra de la cuarentena.
Y si bien, en este debate se han escuchado las voces de familias y profesionales quién presentan su propia manera de velar por el interés superior del niño, hay varios niños que han manifestado una postura frente al regreso a clases presenciales. Es evidente que hay una gran cantidad de niños niñas y adolescentes esperanzados en volver a las clases y reencontrarse con sus compañeros y profesores en esta nueva normalidad, pero además, también existe un grupo de estudiantes que no está emocionado con la idea, sino todo lo contrario, han manifestado su intención de no querer volver a las clases presenciales.
Bajo esta postura se han encontrado múltiples razones, como por ejemplo, la comodidad qué puede representar la modalidad online para algunos, ya sea para evitar el desplazamiento físico y por tanto evitar despertarse más temprano, tener un mayor control, autonomía y flexibilidad en cuanto a su comportamiento en clases, el poder acceder a contenidos grabados y repetirlos cuando sea necesario, trabajando a su propio ritmo, y tener la libertad de compartir más tiempo con la familia.
Sin embargo, otras razones pueden verse asociadas a la ansiedad qué puede causar enfrentarse nuevamente, después de estar un año en casa, a una situación desconocida, en dónde puede existir miedo a contagiarse o a contagiar a sus familiares, preocupación al retomar contactos con compañeros, el hecho de tener que trabajar en equipo, percepción de falta de sentido de pertenencia o de confianza en sus habilidades sociales, sobre todos quienes debido a la cuarentena perdieron espacios sociales, o quiénes no tienen más hermanos, ni pudieron juntarse con niños de su edad y sólo convivieron con adultos durante este periodo.
También podrían presentarse preocupaciones en relación a su aspecto físico, a su autoestima, e incluso ansiedades asociadas a su competencia académica ya que no todos los estudiantes han podido avanzar al mismo ritmo en la modalidad online. Para otros estudiantes, sobre todo aquellos que han desarrollado ansiedad social, fobia escolar, incluso para aquellos diagnosticados con TOC o víctimas de bullying, puede que se sientan más protegidos en sus propias casas.
Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que no es inocuo no asistir a clases ya sea en el ámbito de la educación, por ejemplo las dificultades para evaluaciones y el aprendizaje, de la socialización del impacto que puede tener en la salud física y mental el tener menos actividad física, el presentar dificultad para mantener hábitos en cuanto ciclos de sueño, de autocuidado, como por ejemplo pasar todo el día en pijama, llevar días sin bañarse, tener problemas para cepillarse los dientes o comer mucho por ansiedad y alimentos menos saludables, así como también, la ausencia de red de apoyo y control social externo.
Entonces, ¿Qué podemos hacer para apoyar a niños niñas y adolescentes que no quieren volver a clases?
En primer lugar, es necesario mantener la calma e identificar la razón tras esta postura, pregúntele cuáles son sus miedos, qué les inquieta de regresar a la escuela, recuerde validar sus emociones y generar un espacio seguro y de confianza para que pueda existir esa comunicación, evite decir “no digas tonterías, no pasa nada” sino que aprenda escuchar y ponerse en su lugar ya que es esperable que surja el miedo a enfrentarse a una situación a la cual no han estado expuestos durante mucho tiempo, de hecho, en cierta medida necesitamos el miedo justo que permita mantener medidas de autocuidado pero que no nos limite, ya que cuando nos sobrepasan, podemos tener síntomas derivados de ese estrés, como ansiedad depresión, síntomas conductuales o síntomas físicos.
Para ayudar a identificar la razón, podemos enseñarle estrategias de contención y regulación emocional, por ejemplo, para los más pequeños puede proponer actividades creativas como jugar y dibujar, para ayudarles a expresarse y transmitir las emociones negativas que puedan tener en un entorno seguro y protector. Esto les ayudará a encontrar formas positivas de expresar emociones complejas, como la rabia, el miedo o la tristeza. En esa medida, lo que podemos hacer como adultos para ayudar a los niños a afrontar el regreso a clases presenciales es ofrecerles todo nuestro apoyo, nuestra comprensión y también ofrecerles algunas fuentes de seguridad derivadas de la importancia de llevar a cabo las estrategias de prevención que están bajo nuestro control.
Otras estrategias:
Asociado al miedo al contagio:
- La anticipación ayuda a disminuir notablemente la ansiedad, para ello se puede
- Informarse, aceptar y anticipar: informarse de las medidas y protocolos del colegio, comprender que existe un riesgo real de que se suspenda la escuela presencial si esto lleva a nuevos brotes de coronavirus. Asumir que el riesgo cero de contagio no existe, pero podemos expresar nuestra confianza en que estamos haciendo lo necesario para cuidarnos unos a otros
- Retomar semanas antes rutinas relacionadas al colegio horas de sueño, alimentación, baños, uso de televisión, juegos, etc.
- Practicar nuevas normas mediante simulaciones o juegos: lavado de mano constante y el uso de mascarilla al salir, en el auto o incluso dentro de la casa, practicar el distanciamiento social, pueden incluso tomarse la temperatura y poner un tapete sanitizante a la entrada de casa para que no sea algo ajeno para ellos.
- Practicar Ejercicios de respiración, como el ejercicio de respiración 4×4 (respiración profunda por 4 segundas, sostener esa respiración 4 y luego exhalar por 4 segundos) o ejercicios de mindfulness o conciencia plena
Asociado a las preocupaciones en cuanto a retomar contacto con compañeros y/o profesores - Además, podemos transmitir mensajes positivos en relación con la vuelta a clases con fin de promover el entusiasmo y seguridad, favoreciendo la calma y las expectativas positivas de los chicos respecto a la vuelta a la presencialidad. Revindicando la necesidad de vínculo se puede motivar la interacción con sus amigos y compañeros, ya que, si no se siente parte, difícilmente va a querer volver a la escuela. Se puede fomentar los vínculos en medida de que se pueda por medio de videollamadas, llamadas por teléfono o escribir mensajes, y de esta forma ayudar a que se sienta conectado una vez que regrese al colegio. Para esto puede ayudar pensar juntos qué actividades podría hacer para crear una “nueva normalidad segura”: Promover nuevas formas de interacción y juegos durante los recreos”: ej tipos de juegos que no requieran contacto físico (escondida), saludos, etc.
Asociados a preocupaciones asociadas al autoestima y competencias académicas:
- Fortalecer el sentido de autoeficacia: oportunidades para mostrar sus capacidades, tomar decisiones, reflejar los logros.
- Proporcionar múltiples opciones de estrategias de enseñanza, evaluación e implicación con el aprendizaje.
- Evitar sobre exigencia en cuanto a desempeño escolar.
Asociado a posibles situaciones de acoso escolar:
- Mantener comunicación con tu hijo, creando un espacio seguro que inspire confianza para que pueda contarte lo que le aproblema, es importante que le asegures que no está solo y que siempre puede hablar contigo o con otro adulto de confianza.
- Mantener contacto con los profesores y psicólogos del colegio, y mantener una comunicación sobre el comportamiento de tus hijos, y la forma en la que pueden ayudarlos.
Por lo tanto, es importante que podamos ofrecer contención, escucha activa y validación, sin perder la vista en la responsabilidad y el rol del colegio en el desarrollo de nuestros niños, por lo que es necesario que podamos intervenir con estrategias que fomenten el interés a la vuelta a clases, y si bien cada familia decidirá cuando sea el momento para hacerlo, es necesario que se tome en cuenta la voz del niño, niña o adolescente y forme parte de esa decisión. Así como también los invitamos a estar atentos a las señales y comportamiento de sus hijos, si es que se niegan a ir a clases, preguntarse por qué y activar redes de apoyo si es necesario.
Y si bien, pensar en deserción académica podría sonar algo muy lejano, habría que descartar la alta desmotivación y desesperanza en torno a lo académico, puesto que la deserción es un proceso en que las niñas, niños y jóvenes se van alejando del colegio poco a poco, y fue la realidad de más de 186 mil menores y jóvenes de entre 5 y 21 años hasta el año pasado, mientras que otros 39.498 niños y niñas no se matricularon en ningún establecimiento este año, según el Ministerio de Educación.
Referencias:
- Ansiedad por el regreso a clases durante el COVID | Child Mind Institute.
- ¿Cómo manejar el miedo a la vuelta en la nueva normalidad? (2020, October 13). From Vitamina
- Gorenstein, A. (2020, November 5). Revinculación. ¿Por qué hay chicos que no quieren volver al colegio?
- Mineduc entrega detalles de cifras de deserción escolar 2021. (2021, April 5).
- Preparando el espacio para un regreso a clases Socioemocionalmente seguro Aprendizaje Socioemocional.
- Proteger la salud mental de tus hijos en su regreso a la escuela durante la COVID-19. (2020) from Unicef.org