Es sabido que los niños hiperactivos tienen dificultades para mantenerse sentado, se distraen constantemente por cosas irrelevantes, contestan preguntas antes de terminar de formularlas, tienen dificultad para seguir instrucciones, cambian de actividad constantemente y están atentos a muchos elementos en forma simultánea.
Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente sin que esta actividad tenga un propósito perceptible para el entorno. Van de un lado a otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero la abandonan rápidamente para comenzar otra, lo que muchas veces es mal percibido por el ambiente social y escolar.
Los niños se mueven, juegan, corren, saltan, hablan, leen, miran televisión, pasan de una actividad a otra en cuestión de segundos, pero cuando su capacidad de concentración es menor y esta dificultad se acompaña con actividad constante y reacciones impulsivas, se llama Desorden de Déficit de Atención e Hiperactividad
¿Qué es?
Es un trastorno de causa poco clara, probablemente con la intervención de factores genéticos y ambientales, en el que existe una alteración a nivel del sistema nervioso central, manifestándose mediante un aumento de la actividad, impulsividad y falta de atención, y asociándose con frecuencia a otras alteraciones. “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales; versión de 1994.”
¿Cómo lo convenzo para que se siente a hacer sus tareas? ¿Qué le digo para que no se levante mientras come? ¿Hay alguna manera de ayudarlo a mejorar sus trabajos? ¿Qué hago para que me escuche? Seguro que éstas y muchas otras preguntas han pasado mil veces por la cabeza de los padres.
¿Qué se puede hacer? Cuando estemos frente a estas características, es recomedable y prioritario realizar un estudio multidisciplinario cuyo objetivo sea precisar el diagnostico, para luego ser abordado en forma integral por la familia, escuela y equipos especializados. Los beneficios de pesquizar en forma adecuada, tienen relación con mejorar el autocontrol de la conducta impulsiva, las relaciones con sus pares, aspectos académicos y por sobre todo su autoestima.
Los tratamiento farmacológicos pueden ser un buen aporte al control y tratamiento de este cuadro, sin embargo, existen otras alternativas centradas en el aprendizaje que pueden entregar un real beneficio, no sólo para los niños sino que tambien para la familia y el entorno socio-escolar.
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